Harold Pinter de nuevo; es uno de esos autores/estación Termini, a los que
se acaba regresando. Desde su visión de la realidad, abofetea nuestras
convicciones y nos agita el sillón con un maremoto de sinceridad. Critica con
eficacia demoledora los iconos del siglo XX: el belicismo, la violencia, el
totalitarismo, el utilitarismo, el poder detentado, y priva al ser humano
de su libertad y su identidad, incluso lo descontextualiza del espacio y del
tiempo. Es fácil, de esta manera, concebirlo como marioneta en las manos
despiadadas del destino/poder, siguiendo, entre otras influencias, la
tradición medieval de las danzas de la muerte (el juego con la vida). Aunque ha
envejecido no siempre bien, su producción sigue manteniendo un mensaje de
actualidad y rebeldía típico de los Angry Young Men.
En estas cuatro breves obras laten un determinismo y un existencialismo
brutales que anulan el individualismo democrático y diferenciador. Durante el
recorrido a través de ellas percibimos continuamente la sensación de atravesar
un desfiladero de emociones, caminando por un tortuoso sendero que se asoma al
precipicio de nuestra propia realidad. Esa conversación casi susurrada,
sibilina, cruel y devastadora de "Con Precisión", el sentimiento de
soledad y desesperación que transmite "Una Especie de Alaska", el
gélido humor hiriente ante la tortura en "El Nuevo Orden Mundial" y
la situación absurda que provoca el abandono de todo ante un atisbo de
esperanza presentado en "Estación Victoria", conforman este abanico
de pesadillas pinterianas que se adecúan perfectamente al elaborado y preciso
trabajo de José Gonçalo Pais, Samuel Blanco, Sayo Almeida y Eva Varela
Lasheras, serios, creíbles, sin artificios, pero con mucha técnica y mucha
escuela de la buena.
Con lenguaje directo y eficaz, todo va
encaminado a su fin ideológico. Nada es superfluo, nada es casual, nada
es anecdótico. “La Puerta Estrecha” sigue apostando por montajes y autores
comprometidos, poniendo su maquinaria al servicio de otro nuevo hallazgo de
esta sala/talismán. Y seguimos sumando puntos a favor.
Intérpretación:
José Gonçalo Pais
Samuel Blanco
Sayo Almeida –
Eva Varela Lasheras
Dirección, espacio escénico,
vestuario, traducción:
Eva Varela Lasheras
Música:
Glenn Gould - Sonata para piano en Mi
menor, Op. 7
de Edvard Grieg
Iluminación:
La Puerta Estrecha
Diseño Gráfico:
José Gonçalo Pais
Producción
Peldepa S.L.L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
GRACIAS POR COLABORAR CON VUESTRA OPINIÓN