Una vez más atravesar las puertas de La Casa de la Portera es todo un placer aunque personalmente esta obra no acabó de convencerme. Nada que objetar al trabajo de Marta Fernández Muro. Siempre me ha gustado como actriz y creo que este monólogo lo defiende maravillosamente. El problema reside en el texto. Consigue atraparnos, pero continuamente tenemos la sensación de que va a pasar algo que finalmente nunca sucede. Nos envuelven sus personajes e historias pero creo que le falta algún toque al argumento. Quizás abusa demasiado del lado cómico del mismo cuando todo el tiempo subyace la terrible angustia y soledad de una persona que se aferra a su pasado porque no tiene presente. Me gusta lo que quieren contarnos y la actriz elegida para ello. Incluso el entorno es ideal pero quizás se debería ahondar más en la tragedia de esta mujer.
Una vez más atravesar las puertas de La Casa de la Portera es todo un placer aunque personalmente esta obra no acabó de convencerme. Nada que objetar al trabajo de Marta Fernández Muro. Siempre me ha gustado como actriz y creo que este monólogo lo defiende maravillosamente. El problema reside en el texto. Consigue atraparnos, pero continuamente tenemos la sensación de que va a pasar algo que finalmente nunca sucede. Nos envuelven sus personajes e historias pero creo que le falta algún toque al argumento. Quizás abusa demasiado del lado cómico del mismo cuando todo el tiempo subyace la terrible angustia y soledad de una persona que se aferra a su pasado porque no tiene presente.
ResponderEliminarMe gusta lo que quieren contarnos y la actriz elegida para ello. Incluso el entorno es ideal pero quizás se debería ahondar más en la tragedia de esta mujer.
Jesús.