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"CERDA"

14/10/2013
LA CASA DE LA PORTERA

LIQUIDACIÓN POR DERRIBO: "CERDA"

Ya el cartel de la representación prometía emociones fuertes... pues sí, y se queda corto. Desde el primer momento, desde la entrada misma a la sala, nos inoculan (con perdón) dosis elevadas de iconoclasia (perdón de nuevo), juego alternativo y mucho, pero que mucho tiro al blanco. En esta obra, todo lo que se mueve sí que sale en la foto, bien centrado y con un solemne tomatazo en la frente: nadie ni nada se libra de la implacable óptica de Juan Mairena; donde apunta dispara... y acierta. 


Los tópicos y los ritos son poderosos, especialmente en una sociedad como la nuestra, en la que sobrevivimos gracias a una identificación pasiva con arquetipos de poder. Aquí asistimos a una sistemática destrucción de nuestro ADN más sumiso y conformista mediante el humor, el elemento más seductor y convincente de este bombardeo de poses, imágenes y gestos, palabras y tópicos. Volvemos al barroquismo más disparatado: monjas que no son lo que parecen (¿o sí lo son?), jingles de publicidad, música al itálico modo y, en el fondo, mucho amor, primitivo, pero amor de todos modos. El mismo amor con que Juan nos asperge, hisopo en ristre, al escribir para nosotros algo tan trabajado pero espontáneo, tan fluido pero denso como este convento en el que las apariencias mienten, aunque no engañan.

Aplausos y besos para este equipo (Dolly, Inma, Soledad, María, David, Pablo, Juan de nuevo) y toda la diócesis de Casa de la Portera. Una vez más, se ganan prosélitos así, con buen hacer, calidad y, de nuevo, mucho amor.






2 comentarios:

  1. Me senté indeciso. Con las dudas típicas ante la incógnita de saber si el resultado cubriría las expectativas. Afortunadamente sólo tuvieron que pasar unos minutos para darme cuenta de que no me había equivocado con la elección de la obra. Risas, ritmo ágil, buenas actuaciones y más risas. Sin embargo, poco a poco, entre delirios hilarantes y unos diálogos endiabladamente divertidos, fui notando el poso de tristeza y amargura que encerraba aquella caja de sorpresas.
    Juan Mairena se convierte en un tejedor de sentimientos ,donde fundamentalmente nos habla de soledades, de prisiones del alma en cuerpos equivocados, en lugares equivocados. De penurias y maltratos. Y fui consciente de con cuanta sutileza había utilizado el mejor de los lubricantes, un magnifico humor absurdo, para penetrar hasta el fondo de nuestro corazón y dejarnos prendados de aquellos personajes.

    Desde aquí me declaro "fans" incondicional de Inma Cuevas y su personaje de Sor Cicilia: "Yo siempre he sido muy pasionaria".

    Jesús

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  2. ¡Lástima que se represente los lunes, porque tiene una pinta estupenda!
    Además yo que soy muy de risas y llantos, seguro que me lo pasaría de vício, jajajja!!
    Saludos y besos a todo el grupo de TRagycom

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